ROLLING STONES EN PERU .....ya estuvieron -1





Hace 4 años que se publicó y el año pasado se reedito el libro escritos por Cucho Peñaloza y Sergio Galarza , donde recogen anecdotas del viaje de los Rolling Stones al Perú. En 1968, año mas dura para Mick Jagger y Keith Richard donde decidieron huir del acoso que vivían en el Reino Unido y partieron a Sudamérica en busca de una tranquilidad de descanso lejos de los flashes y entrevistas y acosos de los fanaticos y esto lo cuentan en el libro " Los Rolling Stones en Perú ".

Este libro narrado recopila leyendas, testimonios y anécdotas sobre la visita de los miembros de la banda a nuestro pais Jagger y Richard en compañia de sus novias Marianne Faithfull y Anita Pallenberg y esto fue a finales del 68 donde primero fueron a Brasil y luego al Peru pero sin Marianne.

Los escritores expresan su viaje a nuestro pais de la banda inglesa donde mencionan que el viaje a sido un respiro ya que estaban en un momento mas critico tras varios arrestos por posesion de drogas , a esto se añade mas la separacion de Bryan Jones de la banda en ese año.

Esa visita dejó una serie de leyendas, como sus expulsiones de hoteles como el Crillon y Bolivar que fueron acusados de hippies, y sus supuestos paseos semidesnudos por el entonces exclusivo balnerario de Ancon .

Mick Jagger vuelve al Peru en 1981 para participar en el rodaje de la pelicula " Fiztcarraldo " del aleman Werner Herzog que finalmente elimino su papel del guion y permanecio 3 meses entre Lima e Iquitos todos estos pasajes son narrados en este libro por Cucho y Galarza .













Aca algunos pasajes del libro :



El 15 de enero de 1969 tres huéspedes poco corrientes se registraron en el exclusivo hotel Crillón de Lima. Llevaban el pelo largo y vestían como zíngaros daltónicos: torsos descubiertos, chilabas, fulares coloristas, chalecos, sandalias, anillos, pendientes, cintas de pelo...

No habían cumplido los treinta, eran millonarios y vivían deprisa. Dos de ellos formaban parte de la banda de rock más famosa del mundo: los Rolling Stones. Mick Jagger y Keith Richards viajaban acompañados por la novia de este último: Anita Pallenberg, una fascinante 'groupie' que ya había sido compañera de Brian Jones y terminaría visitando la cama de Jagger.

Pocas horas después, tras recibir las consiguientes advertencias indumentarias, fueron invitados a abandonar el hotel. En el elegante Crillón había que llevar puesta al menos una camisa, por muy estrella internacional que se fuese. A continuación, el trío eléctrico probó suerte unas pocas manzanas más allá, en el igualmente exclusivo hotel Bolívar, donde tampoco duraron mucho.

Dos expulsiones hoteleras en unas pocas horas. Lima recibió a los Stones con el ceño fruncido y las defensas altas, pero no siempre fue así. Jagger y Richards llegaron a encontrar en el país andino parte del sosiego y el anonimato que perseguían a finales de los sesenta, cuando sus vidas eran una caótica sucesión de conciertos, fiestas salvajes y redadas policiales.

Su breve estancia allí viene a ser una curiosa nota al margen de la abundante bibliografía existente sobre la banda. Años después, Jagger regresaría al país, concretamente al interior de la selva amazónica, para rodar 'Fitzcarraldo', la película de Werner Herzog.

Sergio Galarza, uno de los nombres que más suenan en las nuevas letras peruanas, y el locutor y productor musical Cucho Peñaloza relatan el viaje de Jagger y Richards en 'Los Rolling Stones en Perú' (Periférica), un reportaje literario escrito con esa mezcla de desfachatez, ritmo y elegancia que caracteriza al viejo rock and roll.

En 1969 los ingleses eran exactamente lo contrario a unos caballeros. Si los Beatles eran los músicos geniales, ellos eran los chicos peligrosos. Sus problemas con las drogas y con la justicia estaban en un momento álgido, la tensión dentro de la banda aumentaba día a día y Brian Jones, una de las piezas claves del grupo, cada vez se alejaba más de la pareja compuesta por Jagger y Richards.

Hacía poco que los Stones habían encontrado en Marruecos un lugar donde refugiarse de su propio éxito. Pero llegaron tarde: los 'beatniks' estaban abandonando Tánger y Marrakech para dejar paso a los turistas. Entonces comenzaron a mirar hacia Sudamérica y a incluir en su confuso discurso desvaríos acerca de la magia, los incas y Castro.

Tras intentar alojarse en los dos mejores hoteles de Lima, Jagger, Richards y Anita Pallenberg terminaron visitando la localidad costera de Ancón. La cantante María Luisa Elejalde recuerda la impresión que causaron entre la población: «Mick vestía una túnica blanca, preciosa, con bordados de oro, que le llegaba hasta la cintura y dejaba a la vista sus genitales, pero se le veía ridículo».

Debieron escandalizar hasta a los pelícanos y acabaron en una comisaría. Pero esta vez unos jóvenes bien relacionados les rescataron y les subieron a bordo de uno de las embarcaciones más lujosas del 'Yacht Club' de Ancón. Allí se celebró una fiesta en la que había «montículos de coca» y «mujeres prácticamente desnudas». Los asistentes recuerdan a Jagger dando saltos y a Richards sentado en una esquina, sin hacer caso a nadie, fumando y atravesando sus propios océanos de irrealidad.

El líder de los Stones deambuló por allí descalzo y vestido como un monje tibetano. Hacía dos horas de ejercicio diario y alternaba las juergas con la guitarra acústica.

Aunque sin duda la mayor de las aventuras que Jagger vivió en Perú fue su encuentro con la 'vedette' Monique Pardo, un episodio en el que Sergio Galarza despliega su talento narrativo y su arsenal irónico. «Yo lo vi y me dije nooo, Mick Jagger», le confiesa la televisiva Monique Pardo a Galarza veintiún años después. Ocurrió en el hotel Holiday Inn de Iquitos, donde la artista se alojaba con su novio de entonces. La vedette se las arregló para convencer a su pareja de su «necesidad existencial de estar sola y en tanga bajo el sol» y bajó a la piscina en busca del cantante. La peruana deseó entonces que «una anaconda se tragara a su novio». Galarza aclara los motivos: «Así ella podría hacer lo mismo con un Rolling Stone». Finalmente se reunió con Jagger. «Aprendí a hablar inglés en cinco minutos», recuerda Pardo, un personaje que cada cierto tiempo desempolva su hipotético y vetusto 'affaire'.